El consumo de cigarro causa 8 millones de muertes y no afecta solamente el pulmón sino también el sentido de la vista.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, en el mundo, hay alrededor de 1,300 millones de consumidores de tabaco. Lamentablemente, este producto es sumamente nocivo, pues reduce la esperanza de vida, produciendo 8 millones de muertes cada año, debido a que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, cáncer y patologías respiratorias crónicas.
“Los daños más frecuentes que ocasionan estos productos son el enfisema, enfermedad que destruye progresivamente el pulmón al afectar los sacos de aire; el cáncer de pulmón, causado principalmente por el alquitrán y la nicotina, y esta última puede causar también enfermedades cardiovasculares”. asegura el doctor Juan Bermudez, director médico del Centro de Especialidades Médicas.
"El aerosol de los cigarrillos electrónicos contiene nicotina, esta sustancia es adictiva, dañina para los fetos en formación y también es cancerígena. Ahora si bien es cierto, la OMS afirma que produce cáncer, pero de manera indirecta, pero si afecta otros órganos de manera directa. Es mejor prevenir estos daños evitando su consumo y tener en cuenta que muchos de esos cigarrillos electrónicos dicen no tener Nicotina, pero en varios casos si la presenta", agrega.
Entre los componentes más perjudiciales para la salud se encuentran el monóxido de carbono, procedente de productos de combustión que son utilizados para la gasolina, y gases irritables, los cuales atacan directamente al sistema respiratorio.
Fumar también afecta la salud visual, por ejemplo, según un estudio brasileño publicado por la revista médica Psychiatry Research, 20 cigarrillos al día pueden causar una pérdida general de la visión del color, pues sus componentes tóxicos disminuyen la capacidad para diferenciar contrastes. Estas sustancias también irritan la superficie ocular, produciendo ojo seco, lo que causa síntomas como ojos rojos, ardor y picazón. Sin embargo, este es el menor de los problemas que ocasiona.
El tabaco puede conducir a la ceguera, ya que, en el caso de los pacientes diabéticos, aumenta las probabilidades de sufrir una retinopatía diabética, lo cual ocurre cuando se dañan los vasos sanguíneos que se encuentran en la retina. Además, puede ocasionar uveítis, una inflamación de la capa intermedia de la pared ocular llamada úvea. Si no se trata a tiempo, puede llevar a la pérdida de visión. Además, daña el nervio óptico, y duplica la posibilidad de padecer degeneración macular relacionada con la edad (DMRE) o maculopatía, patología que afecta a adultos de la tercera edad (frecuentemente, a aquellos mayores de 60 años).
La maculopatía es producida por un daño en una parte de la retina llamada mácula. Así, se pierde la visión central; sin embargo, la visión periférica (hacia los laterales) funciona con normalidad. Entre los síntomas iniciales, se puede percibir un deterioro en la calidad visual. Al principio, la persona necesita más luz para poder ver. Posteriormente, tiene dificultad para leer las letras más pequeñas y diferenciar la intensidad de los colores. Por ejemplo, el gris y el azul oscuro podrían no distinguirse adecuadamente. En un estadio más avanzado, comienza a ocasionar distorsiones. Por eso, las líneas rectas del piso podrían percibirse como onduladas.
Fuente: RPP
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